La comarca del Bierzo, a pesar de haber sido sometida (especialmente desde el inicio de la revolución industrial española) a una alta presión industrial, sin haber aportado contrapartidas suficientes que frenaran su deterioro, sigue siendo una región privilegiada , especialmente por su situación de abrigo: acantonada bajo un horst tectónico. El clima y la orografía son lo suficientemente complejos para dar como resultado final una variedad inusitada de ecosistemas y, por tanto, una biodiversidad envidiable.
Las montañas que rodean a la comarca del Bierzo, los bosques intramontañosos y los cordales que encierran y perimetran a la fosa tectónica que es esta comarca, no han sido del todo alterados por la industrialización, y esto ha representado un claro valor propio y una seña de identidad de esta comarca que deberíamos preservar inalterada a toda costa.
Antropológicamente, es tal la importancia de estos montes y la cultura ancestral que residen en los pueblos que se asientan en sus faldas y cabecera de sus valles, que ha sido reconocida con una figura de protección inspirada desde Europa bajo el nombre de territorio SIPAM: Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) reconoció en 2022 los valores extraordinarios de las montañas, majadas (brañas) y valles de la provincia de León como territorio SIPAM bajo la denominación de “Sistema Agrosilvopastoril Montañas de León” . Esto refrenda, al margen de sus valores agronómicos y pastoriles, la prioridad en la conservación inalterada de los paisajes y los valores culturales de los pueblos que abrazan estas montañas y sus valles ya que todo forma parte de la “unicidad” que se pretende salvar.
La declaración SIPAM pone en valor la biodiversidad única del Bierzo, que aún conserva en armonía prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales, transmitidas de generación en generación, dando lugar a un ecosistema adaptado, preservado y productivo, donde se combinan la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible de las comunidades locales. Este hecho de resiliencia y coexistencia entre el aprovechamiento y el entorno, lo corrobora y certifica la existencia en este lugar de especies en peligro de extinción como el urogallo cantábrico (Tetrao urogallus) o el oso (Ursus arctos).
Paralelamente, las especiales características climáticas y edáficas del Bierzo han hecho que ya el propio nombre de la comarca haga alusión a la feracidad de sus suelos, que, en la actualidad, se refleja en un buen número de sellos de calidad para algunos de los productos agrícolas característicos de la zona: vinos, pimientos, manzanas, peras, cerezas, castañas , etc. Población berciana y cuya competitividad, en un mercado cada vez más global, es absolutamente incompatible con unos niveles de contaminación atmosférica elevados y con un paisaje inalterado, porque todo, en su conjunto, es lo que convierte a esta comarca en “ fascinante ”.
A través del tiempo, ya medida que se ha comprobado un deterioro progresivo a nivel mundial de los ecosistemas y su interrelación con la sostenibilidad del planeta, se han ido desarrollando Leyes y Convenios cada vez más exigentes, al objeto de mantener y evitar la pérdida paulatina de nuestra biodiversidad. La biodiversidad es una de las señales de identidad de un planeta con buena salud ambiental que conserva ecosistemas poco degradados, y su pérdida, un indicador muy confiable de deterioro progresivo.
Hay que recordar que el territorio de España , gracias a su situación geográfica, orografía, extensión y diversidad geológica, alberga más del 50% de las especies de fauna existentes en Europa y casi el 60% de las especies de plantas vasculares (las que presentan cuerpo vegetativo diferenciado en raíz, tallo y hojas y disponen de vasos de conducción de la savia), lo cual constituye una singularidad de la que debemos estar orgullosos y debemos de preservar, y aumentar si es posible, a toda costa. También hay que recordar que más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza y de los servicios que esta presta, y tres de los sectores económicos más importantes, a saber, la construcción, la agricultura y los alimentos y bebidas, son fuertemente dependientes de ella.
Merece la pena , por tanto, hacer un esfuerzo de conservación , máximo, cuando las directrices europeas y mundiales van en este mismo sentido.
